martes, 25 de octubre de 2011

Vida Virtual: Trabajo/Mascota/Casa & más

¿Quién no se ha enviciado con estas aplicaciones de las redes sociales o del iPod? Bueno,  yo sí me he enviciado mal.

Recuerdo que mi primera aplicación que me llevó al vicio fue la famosa pecera del Facebook (Happy Aquarium) de a poco, todos en el trabajo teníamos nuestras peceras virtuales, daba risa porque ya era un tema típico de todos los días comentar sobre que peces  y que accesorios para decorar uno  había comprado,  en qué nivel uno se quedó, entre nosotros virtualmente nos regalábamos cosas y comida, me acuerdo también que mi prima discutió con su novio por una tortuga que no adoptó (jajaja) y yo estando en Piura le pedí a mi enamorado ir a una cabina de internet  para entrar  a la dichosa pecera para alimentar a los peces porque  se podían enfermar o hasta morir (jajaja   si pues, a ese grado de viciosa llegué). Esa aplicación me tenía prisionera, todos los días entraba para darles de comer a mis pecesitos, entraba  a limpiar mi pecera y las peceras de los demás para así conseguir monedas y comprar comida, peces y objetos decorativos; Cada pecesito tenía su nombre, mis últimos peces los llamé Amadeus y Resiber (nombre de los sistemas de mi antiguo trabajo); Mi objetivo en ese jueguito era comprarme los peces que tenía como que una linterna en la cabeza, para ello limpié peceras como un mes, ahorrando y ahorrando pude comprarme un par de esos pecesitos y fui muy feliz (jajaja), llegué al nivel 40 y me retiré,  mis amigos de a pocos también fueron abandonando su pecera.  Ahora, después de casi un año de no haber entrado, mi pecera está intacta, no hay ningún pecesito difunto ni mucho menos enfermo (jajaja).

Otra aplicación que me llevó al vicio fue  Diner Dash”, esta vez el jueguito era del iPod. En Diner Dash uno tenía que ser cocinero y mozo: Los comensales entraban, uno tenía que situarlos en una mesa o en la barra, tenía que tomar el pedido, meterse a la cocina y hacerlo, limpiar la mesa, dar la cuenta, mientras que otros comensales hacían cola y te esperaban para que los atiendas, si pasaba cierto tiempo y no los atendías se molestaban y perdías puntos, si le dabas cosas que no te pedían también los puntos  restaban y si llegabas al mínimo de puntos perdías automáticamente. Esa aplicación era un total estress, ya que cada vez se hacía más difícil los niveles  ¿Lo curioso de todo esto? En ese entonces trabajaba en un restaurante, o sea que el stress existía en la vida real y yo de masoquista no sé por qué también lo vivía virtualmente. Ese jueguito lo llegué a acabar después de varios intentos y nunca más volví a jugarlo, sé que hay una nueva versión pero por el momento no gracias, ya suficiente con lo que estoy viviendo ahora.

Mi último vicio ha sido una aplicación del Facebook nuevamente, se llama “The Sims Social”, una de mis mejores amigas me la recomendó. Este juego ya si es demasiado: El objetivo es armar tu casa con trabajo, esfuerzo, compañerismo y dedicación; Debes comprar el terreno en primera instancia (lógico que tienes que recolectar firmas entre tus vecinos para que te den el permiso), debes de comprar las puertas, las ventanas,  los muebles, hasta comprar el portaretrato que quieres que vaya en la cómoda de tu cuarto. Igual como en la vida real, uno tiene que trabajar duro para comprar lo que uno quiere, en este caso se consigue monedas cortando plantas del patio, ayudando al vecino,  cumpliendo retos que te ponen, etc. Y como en la vida real uno debe de preocuparse también por el lado social, uno debe de comprarse ropa, tiene que visitar a sus vecinos (amigos)  y llevar una buena relación de hermandad con todos.  La primera semana me la pasé cortando plantas de todos mis vecinos para comprar mi terrenito y poner las baldosas que me gustan y los muebles, día y noche jugaba para ver si lo que ahorraba me servía para poder comprar  una nueva cama o una nueva computadora, entraba también para que mi Sim (mi Yo virtual)  se duche, coma, toque guitarra, baile y duerma para que esté de buen humor. Pero, ¿Saben qué? Ya me llegó.  Ya me cansé de cortar y regar plantas,  ya me cansé de trabajar y trabajar, ir a la tienda de compras y que nunca me alcance el dinero para comprar lo que yo quiero; Ya me cansé de pensar y pensar en el diseño de mi casa; Ya me cansé de  bañarme, de comer, de dormir, ya me cansé de visitar a mis vecinos y hablar con ellos de cosas que ni sé de qué se tratan, esto se acabó, pongo en venta mi casa que con tanto esfuerzo la construí. Ahora que veo la propaganda de MiBanco, esa la de “Soy luchador, yo soy trabajo, para llegar arriba, yo vengo desde abajo” mi Sim llora orgullosa de todo lo que logró construir en 3 semanas,    pero así es la vida y así es la vida virtual también. Chau casa y chau vecinos hasta una próxima visita.

No obstante, después de todo lo narrado, si miramos más allá de lo evidente, hay personas más viciosas virtuales que yo (Sí, las hay jajaja)  y tienen  grandes restaurantes, casas, granjas, chacras,  son dueños de tiendas de moda, en serio que  virtualmente son millonarios y exitosos,  no sé cómo pueden manejar bien  su vida real y virtual paralelamente (jajaja), da risa pero en serio si uno se pone a pensar en la agenda de estas personas en verdad ellos si tienen el día apretadísimo (jajaja), bueno, pero igual, no tiene nada de malo, mientras sea una distracción sana, bienvenido ¿No? de lo que es yo, no aceptaré ninguna invitación a una nueva aplicación..por el momento (jajaja), ¡Mucha vaina ya!.

No hay comentarios:

Publicar un comentario